lunes, 20 de mayo de 2013


¿Vale la pena la independencia de Paraguay?
Actualmente existe una situación crítica en nuestro querido y mediterráneo país, cuestión que a veces tanta rabia e impotencia que como a cualquier compatriota, me hace sentir.
Han pasado casi dos décadas de la llamada “transición”, es decir, de lo poco que entiendo se trata del paso progresivo de una forma absolutista y monopartidista a un gobierno y sistema democrático.
La problemática que estamos viviendo en Paraguay como nación independiente es un abanico de cuestionamientos y un cúmulo de contrariedades. Las más importantes podríamos decir que son: la emigración masiva de connacionales al extranjero, en búsqueda de mejores oportunidades en la vida, a modo ya de éxodo. La inseguridad interna, fruto de la ignorancia y desigualdad social, ésta última, que a su vez, se convierte en otro problema acuciante de nuestra realidad. Podríamos agregar a nuestra improvisada lista la pérdida tangible de nuestra soberanía y control sobre los territorios paraguayos frente al Brasil, que tiene ciertos sectores muy malintencionados para con nuestro país. También la corrupción, es decir, la cultura instalada de deshonestidad y baja moral de la clase dirigente y de toda la sociedad en general, en especial podríamos hablar de una oligarquía que ha amasado fortunas de dudoso origen a costa de todo lo que pudo o encontró a su paso.
En este último punto, en nuestro país, el mal de la ignorancia, que viene a ser como la madre de todos los males, ha generado una casta de nuevos ricos vándalos, que acumularon exorbitantes cantidades de dinero sin méritos, talento ni conocimientos, y lo que es peor, a costa de tomar la parte que le corresponde a otros ciudadanos, generando un motor muy eficiente de injusticia social.
Este tipo de generación artificial de bienestar económico genera una serie de dificultades sociales en los sectores menos pudientes de la sociedad, al principio hambrunas, desnutrición, descontrol de la natalidad, pobreza extrema, criminalidad y extensión de las enfermedades previsibles. Toda esta coyuntura nos lleva a ocupar en un mundo medianamente civilizado la posición última, el furgón de cola del tren del progreso.
Nos lleva a una situación en la cual nos empezamos a preguntar si realmente tiene sentido el concepto de nación para nosotros los paraguayos, hace algunos días se conmemoraron 202 años de nuestra independencia patria, y como grandes patriotas festejamos el día de la independencia realizando una enorme caravana de todoterrenos y autos lujosos a la frontera con Argentina, desde la cual íbamos en masa a comprar productos de precio más ventajoso, dejando de lado y olvidándonos completamente de nuestras leyes que restringen el tráfico de productos, es decir, ¡el mismo día de la independencia nos echábamos lujuriosamente a un bacanal de contrabando!
En síntesis, existe hoy en día una ausencia tremenda del estado en las regiones del interior del país, basta verificar los servicios de salud de una de nuestras ciudades más pujantes, por ejemplo, Ciudad del Este, donde debería haber uno de los mejores y más equipados hospitales del país, apenas existe cobertura médica en una de las regiones más
activas económicamente de nuestro país, o si tomamos el caso del departamento de Amambay, donde la delincuencia y el crimen organizado se enseñorean libremente, es el departamento que debería contar con la mejor y más nutrida dotación de fuerzas policiales y militares para combatir este flagelo en la región, sin embargo brillan por su ausencia.
Es hora realmente de preguntarnos de qué sirve realmente ser una nación “soberana” e “independiente” si ni siquiera podemos manejar nuestro propio territorio que fue reconocido como tal internacionalmente. Deberemos cambiar urgentemente como país si queremos sobrevivir como nación y estado en un futuro a largo plazo, no podemos continuar con regiones del país en las cuales no podemos justificar en lo absoluto que seamos un país, pues ni siquiera existe una presencia del estado en lejanos parajes, por ejemplo el Alto Chaco paraguayo.

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